Despedir a un empleado es, casi siempre, un proceso muy desagradable. Analizamos algunas claves para hacerlo correctamente.
Contrariamente a lo que suele pensarse, despedir a un trabajador es una de las tareas más difíciles de un responsable de equipo o departamento de Recursos Humanos o de un Jefe. Un trámite que deberá afrontarse con humanidad, sinceridad y la máxima claridad. Hoy analizamos algunas de las claves sobre cómo hacerlo «sin morir en el intento».
Sea cual sea el motivo, los profesionales encargados de gestionar y comunicar el despido deben seguir una serie de pasos para evitar problemas:
Planificar el despido: adoptada la decisión de despedir a un trabajador, todo el departamento de RR.HH debe ser conocedor de ello, a fin de agilizar los trámites para su salida de la empresa. También es recomendable preparar cuanto antes toda la documentación que se entregará al trabajador.
Concertar una reunión privada con el empleado: independientemente del tamaño de la empresa, la comunicación de un despido debe realizarse de manera presencial. Es necesario convocar a una reunión al trabajador justo después de decidir su cese. Dejar pasar el tiempo solamente servirá para que se produzca alguna filtración o rumor que enrarezca el ambiente.
Confirmar que el trabajador ha sido notificado: finalizada la reunión, hay que informar al resto del departamento de RR.HH de que el empleado ya conoce la decisión, procediendo inmediatamente a culminar los trámites para el cese de su contrato.
Ser respetuosos pero sinceros con el trabajador
A nadie se le despide por hacer bien su trabajo. Teniendo esto presente, no es aconsejable formular frases como “eres un gran profesional” o “sabemos que no es una decisión justa”.
¿Cómo despedir a un trabajador si cumple con todas sus obligaciones y la empresa no tiene la necesidad de reducir la plantilla? El empleado se merece escuchar una valoración sincera de su desempeño, formulada sin adornos pero con tacto.
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