A veces nos sentimos tristes, solos, cansados de situaciones que pasan todos los días y muy a menudo, nos duelen hechos o personas que permanecen por mucho tiempo. Hay un dicho muy utilizado por todos: “el tiempo lo cura todo”. Veamos qué significa ya que funciona cuando vivimos estos momentos.
Hay problemas o situaciones que solo se resuelven con el tiempo. En particular, el dicho se refiere a los males morales, como los causados por el amor, no solo a los físicos.
Es cierto que, cuando pasa el tiempo, el dolor se alivia porque es nuestro compañero de viaje y no un enemigo como podemos pensar. La prisa nunca es buena consejera, los problemas tardan en resolverse, así como la desafección, de hecho, toda la energía que habíamos derramado sobre por ejempl, la persona que perdimos, necesita un nuevo objetivo. Incluso los sueños rotos toman tiempo, porque el cerebro tiene que desarrollar nuevos planes y soluciones, lo mismo ocurre con las pérdidas, porque tenemos que aprender a encontrar un nuevo espacio para nuestro amor.
El tiempo tiene la tarea de encontrar un lugar para los pensamientos, las emociones y las personas. Es lo que nos enseña que nada es para siempre, que todo pasa, tanto las cosas buenas como las malas, y que desde una perspectiva más tranquila todo se ve mejor. El tiempo nos ayuda a madurar y ver las cosas desde otro punto de vista para aprender y crecer.
Un tiempo donde reina la calma para volver al trabajo, a las amistades, a lo que nos hace bien y encontrar un lado positivo incluso en las experiencias negativas. Un tiempo para dejar ir, pero seguir caminando y ayudandonos a nosotros mismos, cuando nadie más puede hacerlo.
¡Date mucho más tiempo para sentirte mejor!
Es cierto que el tiempo o la distancia alivian. Pero las cicatrices quedan. Cuando las vemos recordamos, o revivimos si aún no hemos sanado por completo. Sin embargo nos podemos poner de pie - a menudo con ayuda de otros - para volver a caminar. A soñar. A sonreir. ¡Gracias!